Ni siquiera sé el día en que vivo porque todos me parecen iguales. Un día tras otro, uno mejor, otro peor, pero dentro de la misma rutina. Estoy muy harta del "me gustaría" o del "debería", estoy harta de saberme la teoría y suspender la práctica, estoy harta de saber que todo está a mi alcance y ni siquiera llegar a rozarlo con los dedos.
Me encuentro furiosa, frustrada y desesperada. A veces yo misma me sorprendo con actitudes que ya tenían que formar parte del pasado, de un libro acabado, pero que por lo visto no dejo de leer una y otra vez. Me siento a contra-luz, entre dos vidas, los puntitos del yin y el yan, en un laberinto de caminos sin saber que dirección tomar. A veces presiento, que todo lo que me pasa, es el pago de las deudas de otras vidas, de unas vidas que no recuerdo y de las que nada puedo solucionar. ¿Tengo que pedir Perdón?, pues lo pido, que no me importa, pero ahora, quiero sentirme perdonada. ¿Es que tambien tengo que pedir disculpas por haber nacido?, que injusto.
El amor de Dios, el incondicional, ¿cómo es eso?, porque yo no lo he sentido en mi vida, lo desconozco. Ya no sé que decir, ni cómo pensar. Tengo muchos sentimientos guardados en mi interior, y ninguno tiene que ver con Dios. ¿Soy mala persona, o estoy enferma?. A los locos les llaman locos precisamente porque no quieren esta realidad, y se aislan, y yo, me encuentro en el medio, porque no considero que esté loca, pero tampoco cuerda. Creo que mi brújula se me ha estropeado, porque cuando elijo un camino, se pone a dar vueltas como loca y termino perdida nuevamente. ¿Hay alguien por ahí, que pueda arreglar mi brújula?.
De todos modos, creo que tengo que seguir en este espacio, en mi pequeña jaula, e intentar escapar y elevar el vuelo cada vez que se me presente la ocasión, aunque este pajarillo tenga el cuerpo de moratones de las ostias que se pega contra los barrotes. Pero aquí estoy, como un guerrero con espada y armadura, que la llevo más que nada para imponer un poco, porque la realidad, es que no tengo ni puta idea de como se usa una espada. Y sigo en mi lucha con la vida, porque cada vez que me caigo, me arrastro por el suelo con la poca fuerza que me queda para intentar llegar a alguna parte. Además, creo que prefiero ir arrastrándome, porque si me levanto, me la voy a dar otra vez. Ojalá esto sea sólo una pesadilla.
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